martes, 11 de noviembre de 2025

Farah

 

Objetos

Vela, tetera, taza, pipa, cajetín metálico con tabaco, comida, libros, estanterías, escritorio, silla, mantel bordado.

Trasfondo

Farah es una mujer casada de 32 años. Antes del matrimonio era sociable, aunque algo desapegada. Su alrededor presentía que había algo en ella que escapaba a sus ojos. Alrededor suyo había un halo de espiritualidad extraño: religiosa sin templo, divertida sin megáfono, silenciosa sin incomodidad.
 
El cambio en ella vino al conocer a su marido. Al principio, solo fue una leve introversión de más. Necesitaba más tiempo para sí después de verle, por lo que también descuidaba a sus amistades. 
 
Ella era dura, reacia al amor que le brindaba un directivo de empresa, pero el afán por descubrir el punto vulnerable a ese hombre de traje impoluto y palabras correctas la hizo adentrarse en un romance, que si bien no crecía del enamoramiento, la atraía fuertemente.
 
El empresario no tardó en abrirle las puertas de su casa, y ella, poseída por la curiosidad y su gran seguridad en sí misma, cayó en la trampa al adentrarse en su hogar.
 
Allí conoció la verdad tras ese señor. Un ser vanidoso, misógino y sumamente obsesionado con la imagen que el resto tenía de él. Y por eso la personalidad de Farah era un inconveniente. No soportaba que algo de ella diera margen a la duda, al no saber cómo era, a que escondiese algo.
 
Ella se asustó, pero el ciclo de dominancia ya había empezado y quedó enclaustrada en esa casa, pues, al no querer cambiar, el directivo la golpeaba y obligaba a quedarse encerrada para seguir con su imagen de perfección extrema ante los demás. Así, Farah quedó secuestrada en ese gran espacio, rodeada de muebles de madera impolutos, libros de tapa de cuero, tabaco y tés.
 
En ese encierro, Farah comenzó a desarrollar una irremediable fascinación por el humo. Lo veía en todos lados: en las tazas humeantes, en las velas, en la comida, en la tetera, en la pipa... incluso le parecía verlo al escribir veloz con el bolígrafo.
 
Y ahí, se dio cuenta de que quería ser humo: quería ser la consecuencia, la prueba y el vestigio, pero sin que pudiera caer sobre ella la culpa del incendio. 

Arco narrativo

Farah permanece encerrada en la casa de su marido. Realmente podría salir corriendo, escapar, pero algo la mantiene en trance. El misticismo de su prometido cayó demasiado rápido, por lo que piensa que debe haber algo más: sigue atada en su súbita curiosidad.
 
Los días pasaban y ella comenzó a utilizar la pipa de su marido cuando estaba sola. Pasaba largas horas sobre el escritorio dando extensas caladas, dejando al humo salir lentamente, acariciando sus labios con suavidad. Luego, miraba como este se desvanecía hasta convertirse únicamente en el inconfundible aroma de las estancias tabaqueras.
 
Conforme los meses pasaban, sumaba objetos humeantes a su inventario. Descubrió que el humo de diferentes objetos le transmitía una sensación nueva. El vapor de agua de la tetera: paciencia, espera solemne; el humo ceroso de las velas: tiempo cálido, la lentitud de ser consumido por el fuego; por último, el humo negruzco y oloroso, el hollín y la ceniza de la madera carbonizada: destrucción limpia, natural e inexorable.
 
Se sentía extasiada cuando las noches en las que su marido se ausentaba podía embelesarse con el humo de la vela. Una noche, al deslizar la cerilla por la caja, el fósforo prendido se rompió y cayó en el mantel de hilo que reposaba en el escritorio.
 
Este se prendió, pero Farah lo apagó vaciando el té de su taza sobre el mantel. Pese a ello, cuando levantó la tela, comprobó con asombro que debajo de él había quedado un surco oscuro en la madera firme y robusta.
 
La visión de la mesa en llamas, y el humo que de ella emanaba al hacerlo, quedó grabada en su mente durante días. Se imaginaba la llama de la vela, paciente y efímera, caer en la madera. Encontraba gustosa la idea de fundirse con el humo, inhalar los néctares que del fuego lento y apasionado brotaban.
 
Farah sentía envidia del humo, quería sus atributos: este era capaz de otorgarle significado a todo, de dejar huella, de ser pista y fundamento de lo ocurrido, pero no el culpable. 
 
Así, un día su deseo fue tan incontrolable y abrasador como la llama misma que hizo lo que en tantos sueños había repetido tantas veces: tomó la tetera y dejó hervir el agua, sin prisa; el vapor la saludaba y ella cerró los ojos, sintiendo la atmósfera húmeda y cálida que le daba tanta paz. Luego, se sentó en el sillón de cuero sosegada, mientras bebía su taza de té y admiraba el valor aromatizado que emanaba.
 
Al rato, continuó prendiendo la vela. Se jactó con el olor del fósforo quemado y con el derretido encerado de la mecha. Abrió la librería, pura estética de la casa, pues su marido no se había leído ninguno de los libros que allí dormitaban. Templó en sus manos uno de los tomos, se sentó a la luz de la vela y se complació desvaneciendo en fuego las páginas, una a una, para después acariciar la ceniza. Soñaba sentir la de su marido, cómo sería su cuerpo humeante expeliendo el mensaje de que se encontraba carbonizado, en su cárcel de madera.
 
Y ahí, entre sueños, dejó caer la última página del libro en el mantel blanco y durmió plácidamente, con sus pulmones asfixiados, enamorados de verdad, de su secreto: ser etéreo, estar en todos lados, pero siendo visible, generando efecto en los demás al sentir su simple, mas poderosa presencia.

Práctica 5: Creación de un personaje Míriam Orts Pastor

 Personaje: Margarita

Margarita es una mujer de 65 años rubia de pelo corto, con pecas y una gran sonrisa, a la cual toda su vida le han encantado los gatos. 

Cuando tenía 15 años tuvo su primer gato. Se lo encontró una noche que estaba paseando a su perro Lolo, de repente Lolo se puso a ladrar bajo un coche. Margarita se asomó y ahí estaba León un gatito naranja de pelo largo con legañas en los ojos. León se había metido en el motor de un coche y había aparecido frente a la casa de Margarita. León fue su primer compañero felino, pero tras León, otros muchos vinieron.

Margarita es una mujer extrovertida, amable, abierta, simpática y le gusta cuidar de los demás. Su mayor sueño era que cuando fuera mayor quería ser médica voluntaria en África. 

Estudió enfermería, ya que la nota de la EVAU no le dió para entrar en medicina, sin embargo en su tercer año consiguió el traslado y pudo sacar la nota que necesitaba para poder convalidar las asignaturas y cambiarse a medicina. Con 23 años su padre, con el que ella estaba muy unida, le regaló una bolsa con una cruz para que pudiera utilizarla cuando fuera ha hacer viajes a África de voluntariado.

Margarita, también estaba muy unida con su madre y de esta se llevó la pasión por los animales, ya que su madre fue la que ayudó y enseñó a Margarita y dejó que se quedara a León cuando esta lo trajo a casa llorando por quedárselo.  Además su madre fue la que le inculcó su pasión por la música ya que era profesora de música en el colegio.

Cuando Margarita tenía 15 años, se fue con su madre de excursión  y con sus alumnos de música a Madrid a ver un musical. Fueron a ver los chicos del coro y desde entonces, ya no vió la música igual.

Mientras que estaba en el teatro sentada, se dió cuenta que su sueño era cantar y desde ese momento se comenzó a apuntar a todos los castings de música que salían en su ciudad Alicante.

Siempre que tenía un momento, se ponía a escribir letras de canciones que se le iban ocurriendo, por eso tenía en el escritorio un vaso con un montón de lápices, pero tenía el problema de que no sabía tocar ningún instrumento y entonces su madre le presentó a Lola que era pianista y alumna de su clase del colegio.

Tras años de apuntarse a castings, cuando pensaba que nunca la iban a coger, un día 25 de marzo le llegó la noticia de que le habían cogido para los asaltos de La Voz , Margarita no se lo podía creer y cuando miro las fechas se dió cuenta que le coincidía justo con el primer viaje que iba a hacer de voluntariado a África.

Margarita que es un poco esotérica, le preguntó a su madre si le podía echar las cartas del tarot para ver qué le recomendaban hacer. Las cartas y su madre le recomendaron que siguiera su sueño de la música ya que viajes así habían más, pero oportunidades así se daban una vez en la vida.

Durante su vida Margarita ha ido conociendo a gente, pero algunos se han ido y otros se han quedado, como Juan. 

Margarita conoció a Juan con 25 años, estaban en el mismo gimnasio y él se acercó a Margarita para preguntarle cuántas le quedaban en esa máquina. Lo que no sabe Juan es que Margarita ya se había fijado en él y entonces comenzaron a hablar y se hicieron compañeros de gimnasio. Con los meses Margarita le propuso a Juan ser su novia, Juan le dijo que sí. 

Tras 5 años de relación, Margarita y Juan se casaron y tuvieron dos hijas mellizas , Claudia y Martina.

Margarita es de costumbres y tiene dos amigas de la universidad con las que todos los jueves queda para tomar el té en su casa y ponerse al día sobre la semana. Ellas tres se hacen llamar el club de las lectoras felinas ya que las tres son amantes de los animales, sobre todo los gatos. Alguna vez se han planteado incluso hacer un podcast sobre el tema de los animales. Se conocieron en la universidad cuando estaban haciendo una práctica en laboratorio ya que Ana y Cristina estaban estudiando veterinaria.

Ella trabaja en el hospital Doctor Balmis de Alicante en el área de cardiología infantil. Allí todos los días se encarga de hacerles ecografías, electrocardiogramas e incluso revisa muchas veces las pruebas holter, tras 24 horas.

A día de hoy, a Margarita le encanta recibir cartas de los niños y personas a las que ayudó pero ya no tiene la vista que tenía antes, por lo que ahora las cartas las lee con gafas y de vez en cuando, viaja como voluntaria.  Juan sigue a su lado y están felizmente casados. Claudia ha heredado la pasión de Margarita por los animales y está estudiando veterinaria. Sin embargo, a Martina le gustan más las cámaras y está dentro del grado de comunicación audiovisual. Hoy en día, Margarita cuenta con numerosos reconocimientos musicales y varias canciones publicadas.



Práctica 5: creación de un personaje

 PRÁCTICA 5: personaje 

Objetos elegidos:

  • Cámara digital
  • Máquina de escribir
  • Carta sellada
  • Violín
  • Gato

Nombre: Clara Valdés 

Edad: 41 años

Profesión: Ex fotoperiodista de guerra.

Es delgada, con la piel pálida y con ojeras marcadas por las noches sin dormir. Tiene los labios finos y una cicatriz pequeña en la ceja izquierda. Tiene el pelo castaño y corto. 

Suele vestir de forma sencilla: un abrigo largo marrón, unas botas gastadas y una bufanda.

De su cuello siempre cuelga su cámara.


Su personalidad es reservada, observadora y de carácter firme. Le encanta su trabajo, está obsesionada con contar la verdad y dar voz a las personas que no pueden. 

Aunque aparenta ser una persona calmada, sufre de insomnio y ansiedad. En su mente el ruido nunca para. 

Desde pequeña le gusta escribir, pero fue su abuelo, también fotógrafo, quien le transmitió el amor por la fotografía. Su única distracción es tocar el violín, un instrumento que la acompaña desde su infancia, y que utiliza como una forma de escape de la realidad.


Historia y trasfondo:

Durante quince años fue una fotoperiodista de guerra famosa, trabajando para muchas agencias. Una de sus fotografías cambió su vida: en ella, una niña sostenía a un gato cubierto de polvo y ceniza, recién rescatado de entre los escombros. La imagen recorrió el mundo y ganó un premio mundial. Pero poco después provocó consecuencias trágicas, la familia de la niña fue localizada y ejecutada. 


Eso la destruyó, renunció al periodismo y desapareció. Se refugió en Budapest, en una vieja casa heredada de sus abuelos. Allí vive sola, rodeada de negativos, carretes sin revelar, una máquina de escribir y el violín que a veces toca de madrugada cuando no puede dormir. 


En el escritorio guarda una carta sellada que le dejó su abuelo que nunca se atrevió a abrir. A veces la coge entre las manos, pensando que su abuelo le dejó la carta sabiendo lo difícil que podía ser este trabajo. Se pregunta si su abuelo, antes de que falleciera, la escribió sabiendo que iba a ver cosas muy difíciles y esta carta la iba a ayudar. Sin embargo, siente que aún no es el momento de abrirla.


Motivaciones:

Clara siempre ha tenido mucha empatia y tenía muy claros sus ideales. Ella quería contar la verdad. Tras abandonar el periodismo, se debatió entre no volver a trabajar más en esto o encontrar la manera ética de contar lo que ha visto. Solo quiere dar sentido a todo lo que ha vivido. 


Por ello, ha decidido escribir un libro en la vieja máquina de escribir de su abuelo. Siente que cada palabra que escribe se reconcilia con su pasado. No pretende publicar aún la historia, más bien quiere desahogarse y sacar lo que lleva dentro.

Tal vez no lo termine nunca, pero por primera vez en mucho tiempo, siente que está haciendo algo con sentido. 


Arco narrativo

En el arco narrativo de Clara muestra su transformación personal. Al principio de su historia, está hundida en la culpa porque no se perdona las consecuencias de su trabajo. Su arco evolutivo consiste en reconciliarse con su pasado. Comprende que su papel no era salvar a nadie, y que contar lo que ha visto no tiene por qué destruir, sino ayudar a recordar y a entender. 


A medida que avanza su vida, Clara comprende a que su voz todavía puede servir, y por ello la decisión de escribir su libro.


Su evolución termina con una sensación de paz porque ha logrado aceptar su pasado y transformarlo en algo bonito. Por fin se atreve a mirar hacia delante, dispuesta a seguir escribiendo y a vivir sin miedo. 









Práctica 5 - Alba Vidal González




Objetos elegidos: 

  • Sándwich
  • Pipa
  • Carta antigua
  • Foto de una mujer enmarcada


TRASFONDO

 

Paco Martínez a sus 67 años, es el fotógrafo más solicitado del país. Tras una vida retratando el poder y la fama, decidió alejarse de todo y de todos. Ahora vive en una casa de campo, a las afueras de Jaén, rodeado de olivos y silencio. Su estudio, dentro de la vivienda, es un lugar seguro donde guarda las fotografías que para él tienen un valor real: retratos de desconocidos, paisajes de pueblos vacíos, instantes que nunca llegarán a una galería.


Sobre su mesa de trabajo, entre todo un desorden siempre hay cuatro objetos:

-Un sándwich de jamón y queso que prepara cada mañana y nunca termina. Se le olvida comer cuando está metido en sus pensamientos.

-Una pipa que solo enciende cuando el estrés le sobrepasa, cuando los pensamientos le ganan.

-Una carta antigua, cerrada, con su nombre escrito en tinta desgastada por el paso del tiempo. Llegó hace varios años, cuando aún vivía en Madrid, y desde entonces no se ha atrevido a abrirla.

-Una foto enmarcada de una mujer sonriente. Es la única imagen que tiene en la mesa y la única que mira todos los días.


Paco ya no acepta encargos, solo fotografía lo que él elige, cuando él decide.



MOTIVACIONES


Paco no busca reconocimiento, fama, ni dinero. Su única motivación ahora es entender por qué, tras una vida mirando a través de un objetivo, siente que nunca realmente vio lo que le importaba.


La foto de la mujer sobre su escritorio es un recordatorio constante de una promesa incumplida. La pipa es su ancla en los momentos de estrés y desesperación. El sándwich abandonado refleja su desconexión con las necesidades básicas. Y la carta…la carta es el último hilo que lo une a una verdad que teme conocer.


Quiere, en el fondo, reconciliarse con la idea de que algunas cosas no se capturan con una cámara sino con el corazón.



ARCO NARRATIVO


Paco vive una vida solitaria. Revela fotos, pasea por su campo, mira la carta sin abrir y habla a veces con la foto de la mujer, por hablar con alguien.


Un día, una periodista joven lo localiza. Quiere escribir sobre su vida. Al principio, Paco se niega, pero algo en la insistencia de la chica lo hace ceder. Esa noche ,por primera vez, abre la carta.


La carta es de la mujer del marco. Se llama Laura y le escribió para decirle que, años atrás, él le había prometido un retrato, un retrato que nunca hizo. Y le confesaba que, pese a todo, siempre guardó la esperanza de que algún día volviera a mirarla como entonces.


Paco comprende que se ha pasado la vida capturando instantes, pero huyendo de los momentos que de verdad importaban.


Tras acabar el reportaje de la periodista, esta le confiesa que es hija de Laura. Su madre se había pasado toda la vida hablando de él. Laura cayó enferma y finalmente murió, pero como última voluntad le pidió que buscara a Paco y lo conociera.


Paco desde ese momento vive más apenado, arrepentido por no haber abierto la carta antes y por no haber compartido su vida con Laura.


Personaje: Elliot


 Personaje: Eliot. 

Eliot es un joven de 27 años. Tiene el pelo negro, con un corte que parece que se ha hecho el mismo y los ojos marrones, es muy alto y está bastante delgado, no le importa demasiado su apariencia. 

Es muy fantasioso, imaginativo y creativo, también algo cabezota y no se para a pensar demasiado, se lo cree todo a la primera. 

Estudió historia del arte y dibuja como hobbie aunque no quiere dedicarse a ello, está muy orgulloso de un dibujo de un coche rojo que hizo a los 18. 

No tiene contacto con su familia, solo tiene una foto de su abuela Martha, ella fue quien lo educó y cuidó desde niño. Un día fue a recoger moras a la montaña pero nunca volvió. Nunca encontraron su cuerpo, la dieron por muerta. 

Tras esto se volvió algo introspectivo y solitario, buscando la fantasía en dibujos o en musica para evadirse de la realidad.

Lleva varios días investigando el misterio de su ciudad, siempre pensó que era una leyenda urbana pero cada vez le encuentra más sentido. Está tan metido en la historia que no duerme bien, bebe mucho café para mantenerse despierto, siempre tiene una taza en su escritorio. 

Su novia, Isa, le habló un día de la cueva de la montaña de enfrente del pueblo sin darle mucha importancia. A él le despertó curiosidad y busco leyendas sobre ella. Encontró la leyenda del "olvido". 

Imprimió mapas y fotos las pegó en un corcho y empezó a preparar la primera expedición para ir allí. 

Su motivación es encontrar a su abuela o por lo menos saber que le pasó ya que era su único apoyo familiar. Cree que si cierra ese ciclo conseguirá pasar pagina y se aferra a la primera posibilidad que tiene aunque sepa que en el fondo es estúpida.

Lo utiliza para salir de la realidad porque esta le parece vacía.

La leyenda cuenta que la cueva te hace olvidar, que cuanto más tiempo pasas allí mas memoria pierdes.

Tras ir 2 o tres veces a la cueva, empieza a dudar de la veracidad de la leyenda y intenta recuperar poco a poco su vida normal. 

En la mesita de noche del tocador de su abuela encuentra una bola de papel arrugado con notas de su abuela, había en ella cosas cotidianas apuntadas, recuerda como cada vez olvidaba más cosas durante el día a día y vuelve a creer en la historia de la cueva, ya que Martha solía ir a la montaña a por moras. 

Esto le hace obsesionarse todavía más y deteriorar su vida sentimental y su salud mental

Ya casi no habla con Isa, ella está muy preocupada por él y por mucho que le diga que deje el tema, él nunca le hizo caso. 

Se alejó de todo el mundo y acabó perdiendo su relación, y las pocas amistades que tenía. 

Acaba encontrando una carta sellada del medico de Martha, la abre y ve que tenía alzheimer, descubre que la historia de cueva era solo una leyenda y que todo lo que ha perdido o ha servido de nada. 

El desenlace de su historia acaba con un Eliot intentando salvar su vida a partir de ese momento con un golpe muy fuerte de realidad.

Puede elegir entre seguir negando la realidad o aceptar el dolor o reconstruir su vida.


lunes, 10 de noviembre de 2025

PRÁCTIA 5: Creación de un personaje a partir de objetos

PRÁCTICA 5

Objetos escogidos: taza, cucharilla, plato con un sandwich y violín.

Personaje: Álvaro García. Es un joven de 24 años, pelo moreno y liso, piel blanca y ojos verdes, delgado y alto (1,85 aproximadamente). Es tímido y muy soñador.

Trasfondo: Álvaro García tiene 24 años, y lleva desde los 16 entre pilas de platos sucios, cafés mañaneros, desayunos, encargados insoportables, jornadas interminables y sueldos irrisorios. Exacto, es, ni más ni menos, que camarero en un bar del puerto de Gandía. Empezó a trabajar muy joven para poder pagarse los estudios, debido a su mala situación económica en casa. Cuando terminó la carrera, las circunstancias de la vida hicieron que tuviera que seguir trabajando de camarero. Y hasta hoy, que lleva ya 8 años y tres vajillas rotas.

Sin embargo, Álvaro se quedará en la calle de un día para otro. Mientras está fumando en la terraza del bar durante un descanso, el dueño del bar lo despide y le comunica que van a cerrar de inmediato. Álvaro se queda en la calle, a la deriva.

Motivaciones: Álvaro estudió matemáticas, aunque su verdadera pasión siempre había sido la música. Su sueño siempre fue convertirse en un gran cantante y dar la vuelta al mundo con sus canciones, ya que cuando era pequeño, escuchar música era lo único que le distraía de los gritos y las discusiones en casa. Cuando las cosas empeoraban, se encerraba en su cuarto con sus cascos, y se dormía escuchando música. Por ello, consiguió ahorrar dinero para poder pagarse una escuela de canto. Años después, sacó una canción, invirtiendo mucho tiempo y esfuerzo, pero nunca consiguió entrar en el mundo de la música, hacerse un hueco.

Cuando le despiden, Álvaro siente que se le cae el mundo encima. Ya no solo no va a conseguir sus sueños, sino que no va a poder sobrevivir (ya que a su casa no puede volver). Es entonces cuando le surge una oportunidad que no puede dejar escapar.

Marco narrativo:
  • La historia se cuenta desde la perspectiva y las emociones de Álvaro.
  • Ocurre en Gandía.
  • Álvaro tiene 24 años y trabaja como camarero a tiempo completo, hasta que un giro da un vuelco a su vida.
  • La historia se desarrolla en verano, en la frenética actividad del turismo y el ambiente festivo durante esos meses del año en las playas, que contrasta con la tristeza de Álvaro.
Evolución: Esta historia muestra la evolución emocional y profesional de Álvaro, que conseguirá librarse de todas las ataduras del pasado cuando lo despiden del que ha sido su primer, único y más odiado empleo. Por ello, a partir de este momento, perseguirá su sueño. ¿Lo logrará?



Farah

  Objetos Vela, tetera, taza, pipa, cajetín metálico con tabaco, comida, libros, estanterías, escritorio, silla, mantel bordado. Trasfondo F...